Entre la tierra y el cielo

Él, de tan solo 55 años. Ella con 25 otoños menos. Esta es la típica historia de un jefe con su secretaria, con la diferencia de que se enamoran perdidamente. En un comienzo estaba casado, con dos hijos y ella era libre como el viento. Pero...un día ese maldito sentimiento se apoderó de sus corazones y nada fue igual. Estuvieron cerca de 1 año en la clandestinidad. Ella dudó en dejarlo, pensando que nunca se podría concretar, que jamás tendría el valor de separarse. Se equivocó. Finalmente, se divorció y se fueron a vivir juntos. Ambos cambiaron en sus personalidades. Ella era fría y parca, él era sometido y callado pero el amor... Ah, si el amor todo lo transforma (eso dicen). Tuvieron una hija hermosa y como dice un amigo: ´tenían todo para ser felices´y de hecho creo que lo fueron. Era jueves de invierno, él se levantó con fiebre y fue al médico le hicieron estudios y le dijeron que era una infección intestinal. Al día siguiente falleció víctima de una peritonitis. Ella quedó destruida, con una nena de 1 año y sin un centavo porque él nunca se había separado en papeles. Yo me pregunto qué hubiera sido preferible si conocer ese amor incondicional que duro tan poco o nunca haber pasado por una perdida así. Igualmente, lo guardará por siempre en su corazón y su alma porque ese día murió su amor y con él, el brillo que tenían sus ojos.

Somos sólo amigos!

Otra historia masculina...

Diez años juntos, toda una vida. Crecieron, se pusieron de novios, se separaron pero decidieron volver porque consideraron que eran el uno para el otro. Después, se fueron a vivir juntos y van creo que cerca de 5 años de convivencia. A veces cuando sale con sus amigos, un poco borrachín da uno que otro beso por ahí. (Sé que es para opinar pero es amigo y la verdad, considero que a todos les puede pasar un momento de confusión). El problema surgió este año con la incorporación de una nueva compañera de trabajo. Desde el primer día que entró su corazón galopaba con 7 caballos de fuerza. Y si...le pasa que vuelven ciertos sentimientos dormidos, consumidos por la rutina y el tiempo. Hoy disfruta de regalarle un alfajor, de acompañarla al colectivo porque considera una especie de "volver a empezar algo romántico" con ella. Hasta que llegó la charla obligatoria y le tuvo que decir que estaba en pareja porque no le iba a mentir. Entonces, ella le dijo que no le interesaba algo asi, que con él estaba todo bien pero asi no. Ahora, son una especie de amigos - compañeros de trabajo pero la latencia continúa vigente. Las salidas, los acercamientos, los tiempos compartidos están ahí y yo opino que el momento inminente está por llegar. Aunque mi amigo diga que tiene todo controlado, creo que en cualquier momento se le va de las manos.

La estresha de la blogósfera

Ella se consideraba la "estresha de la blogósfera". A todos los hombres les vendía en su blog historias de sexo y excesos. Todos los contenidos de su página eran descripciones detalladas de sus encuentros sexuales. Lejos estaban el amor y los sentimientos. Era medida, fría, calculadora. Tenía perfectamente contadas a sus presas. Ella lo hacía por deporte, disfrutaba de vivir al límite y del riesgo. Sin embargo, un día se enamoró. Dio un cambio trascendental a su vida, estuvo en pareja, fue fiel y si bien siguió escribiendo sobre sexo, se dedicó a contar experiencias de terceros. Pero la calma duró tan solo unos meses porque el niño bueno y tranquilo, calmo y sereno, que había conquistado su corazón -ese corazón tan cerrado y oscuro, si ése- no dudo en destrozarlo.
Y así, como en las grandes tragedias griegas, la historia cuenta que no pudiendo escapar de ese destino, retomó su vida anterior ya sin corazón ni sentimientos como una autómata que solo decide vengar su insatisfacción en las figuras masculinas.

Con solo mirarse

Se veían todos los jueves desde hacía 10 años. Todos los jueves en la misma esquina, todos los jueves al mismo lugar, todos los jueves se entregaban a la pasión desenfrenada y al sexo compulsivo. También, cuando podían verse otros días lo hacían eventualmente. Estaban casados y tenían hijos. Sin embargo, no eran marido y mujer. Estaban casados con el alma y con el corazón pero no por Iglesia. Se conocieron y se detestaron. Él arrogante, ella se llevaba el mundo por delante. Un chispazo y con solo mirarse no se separaron más. Hasta el día de hoy siguen juntos como un rito los días jueves. Mil veces les pregunté ¿por qué no dejarlo todo? ¿Por qué no intentar algo abiertamente? No querían lastimar a terceros y mucho menos a sus hijos. ¿Será por eso que decidieron postergarse y vivir este amor furtivo? Ambos creen que tienen un "hilo de plata" que los une para siempre y contra viento y marea. Yo, que los conozco les digo que si, que ese brillo en sus ojos lo demuestra. Es difícil de explicar pero lo demás son formas para ellos y lo que los mueve y conmueve va más allá de eso. Ella le juró que va a tenerle la mano hasta que muera porque -en el fondo sabe- que si eso sucede su alma partirá con él. Basta observar desde afuera la devoción que se brindan para saber cuán puro es su amor. Es una pena que no puedan disfrutarlo abiertamente.