La estresha de la blogósfera

Ella se consideraba la "estresha de la blogósfera". A todos los hombres les vendía en su blog historias de sexo y excesos. Todos los contenidos de su página eran descripciones detalladas de sus encuentros sexuales. Lejos estaban el amor y los sentimientos. Era medida, fría, calculadora. Tenía perfectamente contadas a sus presas. Ella lo hacía por deporte, disfrutaba de vivir al límite y del riesgo. Sin embargo, un día se enamoró. Dio un cambio trascendental a su vida, estuvo en pareja, fue fiel y si bien siguió escribiendo sobre sexo, se dedicó a contar experiencias de terceros. Pero la calma duró tan solo unos meses porque el niño bueno y tranquilo, calmo y sereno, que había conquistado su corazón -ese corazón tan cerrado y oscuro, si ése- no dudo en destrozarlo.
Y así, como en las grandes tragedias griegas, la historia cuenta que no pudiendo escapar de ese destino, retomó su vida anterior ya sin corazón ni sentimientos como una autómata que solo decide vengar su insatisfacción en las figuras masculinas.