lunes, 28 de abril de 2008

La Nación o Página /12?


Estación de subtes, 10.30 horas. Ella camina entre medio de la gente con un andar definido y seguro. Él -recostado sobre una pared- lee Página /12. Cuando ella defila hacia el fondo del andén y pasa delante de sus ojos, se miran por un instante.
Ella piensa: ¿qué tipo de traje puede leer Página /12? Seguro que bancario no, un economista tampoco. Este tipo debe trabajar en el Estado. Un yuppie lee La Nación.
Él piensa: hermosa! sos hermosa! Pero muy chica para mí.
El subte llega, ella se sube y cuando está por cerrar la puerta...él entra con su diario en la mano.
Durante el transcurso de 5 estaciones estuvieron enfrentados. Él leía su diario y levantaba la mirada con tono casual. Ella -indiferente- escuchaba música hasta su parada. Hizo 30 metros y cuando iba a cruzar la avenida, la tomaron del brazo. Asustada se dio vuelta y para su sorpresa, él le dijo: No me preguntes porqué pero siento que tenemos que conocernos. No soy un loco, trabajo en la Legislatura, te doy mi tarjeta, necesito tomar un café con vos 5, 10, 15 minutos.
Ah!! maldito destino!! Esas cosas deterministas la pueden y le da su teléfono a un desconocido.
Una mezcla de verso y realidad que puso sobre la mesa las cartas de la seducción. Un encuentro fortuito e interesante.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Fortuito e interesante...deduzco que fugaz también, o no?
Qué fue de ellos?

Historias... dijo...

No fue fugaz. Ella salió unos 3 meses con él y se desgastó porque siempre estaba ocupado entre el laburo y su niño.

Zeb dijo...

Hasta el "no soy un loco" venía 10 puntos...la arruinó con el "Trabajo en la legislatura"...pero bue, sobre gustos...

Gracias por pasar x mi blog, te agrego a mis links para pasar seguido.

Saludos!

Anónimo dijo...

Siempre la malvada realidad. Igual en estas historias, vale lo que nos queda. Cómo en los finales de las novelas o de las peliculas, donde los protagonistas, luego de superar muchos obstáculos, se encuentran. Esos no son finales sino comienzos. Despues viene la realidad. La convivencia, el desgaste, etc, etc, etc.
El principe probablemente se volvió gordo, pelado y panzón. Se junta con los amigos a jugar a "la play" y a Cenicienta, entre el laburo, los chicos y la casa, no le queda tiempo ni para hacerse las raices....jajaja, me fui a la mierda!
Para recapitular, querida historias, lo importante es lo que nos deja cada historia. Me parece que esa es la idea del blog y te felicito por ello. Besos.Coni.