martes, 15 de abril de 2008

Tiempo compartido

Se conocieron en un tiempo compartido en Brasil hace 4 años. Ella estudiaba psicología y él era abogado. Comenzaron a salir estando de vacaciones y la siguieron al llegar a Buenos Aires. En un principio iban y venían de la casa de uno a otro hasta que pensaron en alquilar juntos. A los 6 meses ya estaban viviendo la plenitud del amor. Él obsesivo con las cosas de la casa (como todo hombre de casi 40 que vive solo), ella despelotada 100% pero aprendieron a llevarse. Él alérgico y psicosomático, ella sumisa a punto tal que se desprendió de su perro para que vivieran juntos (ERRORRRR). Sucede que pasaron un año de novios y él le regala un anillo de compromiso. A los 6 meses siguientes alquilaron una casa en la provincia de Buenos Aires para disfrutar del verde y el jardín. Al cumplir 3 años de novios, él la sorprendió con mariachis y alianzas. Ella, entrada en los 30 pensó que sería la antesala al casamiento. Hoy, que ya pasaron los 4 años, él le confesó a sus amigos que está asustado y no se quiere casar. Fue toda una revelación. Y una mañana de domingo, sentado frente a la cama, viéndola despertar le dijo que "no le cerraba la relación".
Ahora, ella esta mudando sus cosas porque la casa estaba alquilada a nombre de él. Está destruida, vacía, sin entender qué fue lo que pasó y busca respuestas porque en todo este tiempo no hubo cortocircuitos que le hicieran suponer este final abrupto.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Opciones varias a este caso: La primera y más facilista se reduce a un clásico "tiene a otra". Sin embargo, mi instinto me dice, que estamos ante una de esas personas alergicas al compromiso. Puntualmente, debo decir que soy una de esas personas. Sueño con tener una pareja estable, compinches, con formar una familia, con tener hijos y todo el combo. Pero lo cierto, es que a mayor intimidad y cercanía, más ganas de salir corriendo en busca de nuevas experiencias. Es duro, frustrante, lo sé. Pero no puedo evitarlo. Y al momento de dejar atrás, no titubeo, no me conmueven lagrimas, ni recuerdos de tiempos mejores. Porque siempre me digo, "lo mejor esta por venir". Y curiosamente, despues de cada ruptura, me siento mejor que nunca, feliz, con ganas de seguir adelante y emprender cosas nuevas. Será patologico?, puede que si. Sin embargo, aunque mis amigas digan que soy la novia fugitiva, hasta que no aparezca el OSVALDO que me parta la cabeza, pienso seguir asi. Besos

Historias... dijo...

No te preocupes, yo también me siento NOVIA FUGITIVA porque cuando estoy con un Osvaldo que me da todo, es como que de golpe no me convence y termino huyendo maaallll. Y siempre nos enganchamos con el tipo equivocado e hijo de puta. Besos y gracias por firmar.

Anónimo dijo...

Siendo todo un monsieur, no entro en el calificativo vulgar y tenebroso de "Osvaldo". Aún así, he sido testigo de huídas de aquellas mujeres que temen a la nada misma; huídas que concluían en los brazos de algún sujeto vil, y hasta despreciable. Al darse de cuenta de ello, y de la siempre generosa y desinteresada entrega de un caballero francés, estas jovenes, deseaban retomar un camino que ellas mismas habían borrado, y que, por ende, ya no existía. Todo depende la óptica con que se mire, mis queridas femmes.